Hace unas semanas, una noticia pasó inadvertida, cómo
todas aquellas que no están vinculadas al escándalo o al tremendismo. Y es que,
en una comunidad campesina de la sierra ayacuchana, una maestra, Luisa Mendoza
Dávalos, recibía una mención honrosa por
fomentar la lectura en su institución educativa. Una práctica innovadora que la
desarrolla desde el 2010.
Por: Elmer Arana Mesías
Leer no es una gran virtud de nuestros estudiantes, y
tampoco lo es en los docentes. Y si este es un mal nacional que afecta a las
grandes instituciones educativas, también y con mayor fuerza a una modesta
institución rural del distrito de Vinchos. Por eso, la profesora Luisa Mendoza,
partiendo de la premisa de que la lectura deber realizarse «Por gusto» y no
imponerse, formuló un proyecto para motivarla no solo en los estudiantes de su
institución, sino también en los padres de familia y profesores. Tocó muchas
puertas, y así logró que Promolibro, institución del Ministerio de Educación
(ahora perteneciente al Ministerio de Cultura) apoyara este proyecto con la
donación de textos de diversa índole: cuentos, novelas, poesías, leyendas,
fábulas, deportes, ciencia, historieta, biografías.
Así en junio de 2010, con una especie de biblioteca
móvil, se instaló el programa en horas del recreo en la Institución Educativa
«Haya de la Torre» del distrito de Vinchos. El reto era grande: que los alumnos
«desaprovecharan» su recreo por darse el gusto de leer. Los alumnos se
acercaban tímidamente, los primeros días, luego, en tropel, a separar el libro
que leerían durante esa mañana. «No se trataba de imponerle a los alumnos una
lectura u otra, sino que ellos mismos seleccionaran el libro que deseaban leer
de acuerdo con su interés», refiere la profesora.
El interés fue tanto, que el módulo de lectura se
trasladó los fines de semana a la losa deportiva de la comunidad para invitar a
los asistentes a disfrutar de ella. Para eso, los alumnos del municipio escolar
se encargaban de instalar la biblioteca los fines de semana. Así, la profesora
no perdió tiempo para mudarse, con los libros a cuestas, a ferias comunales,
actividades sociales, desfiles, y toda actividad donde haya concurrencia
masiva.
Ya son cuatro años que esa institución viene
trabajando este proyecto. Por eso este año fue reconocida por la Derrama
Magisterial y la Cámara Peruana del Libro (CPL) en el I Concurso Nacional para
Profesores «Mi experiencia en el fomento del hábito de la lectura», en la que
obtuvo la mención honrosa.
De todos los vicios del mundo el único permitido es de
la lectura. Si está iniciativa se replica en otros lugares bien podríamos ir
superando el sótano en el que se encuentra el Perú en materia de comprensión
lectora.
PUBLICADO en la Edición de octubre de la revista CON SENTIDO.